Que cosas tiene la vida ¿no?

Cuando crees que nada te puede sorprender, porque tu, ya tienes una edad y prácticamente lo has probado todo, lo has vivido todo, has llorado, has reído………

Cuando todo parece que va bien, que la vida por fin te sonríe, que el Atleti juega la champions…. Aparece de nuevo ese sabor en tu interior como a miel amarga, y te vuelves a desestabilizar.

Tú, que no echas de menos nada, que te sientes capaz de afrontar las situaciones sin pestañear, tú……… que pobre y débil te muestras.

Tu, que por circunstancias de la vida, conoces mucha gente, muchos lugares, muchas culturas, muchas maneras de vivir. Te has forjado en una persona de mente abierta, sociable, cercana, comprometida, capaz de tender una mano a quien lo necesita.

A la que su mayor preocupación es que las personas cercanas estén bien, aprovechen el tiempo y disfruten de la vida. Tu que no solo piensas en ellos y en sus preocupaciones.

Ya te advirtieron una vez: “Deja de preocuparte tanto por los demás, y preocuparte un poco más de ti”.

Cierto es que no hay que tender la mano esperando que te la acepten y te tiendan la suya, pero es duro dar y no recibir nada, no quiero decir que solo hay que dar para recibir, pero coño, a todos nos gusta que nos den de vez en cuando.

Si además te encuentras (aunque tu no tengas conocimiento) en una situación de falta de afecto, o de cariño, es muy fácil poder mostrarse débil y gentil.

Das todo lo que esta en tus manos para facilitar las cosas, esperas…………. En cierto modo no sabes ni el que, porque tampoco pides nada, tal vez simplemente comprensión. Y ves que poco a poco todo va cambiando, que ya no eres tú, que eres una sombra de lo que eras, que has dejado de ser el primero para ser uno del final. Es complicado de afrontar, pero no imposible.

Simplemente es una vivencia más, simplemente eso, y aunque te parezca novedosa mirando en tu interior ves que no es la primera vez que la vives y seguramente no será la última.